Un sistema de oxidación térmica es una forma de instalación avanzada para la combustión de residuos que transforma líquidos y/o gases peligrosos en sustancias menos contaminantes tales como agua, dióxido de carbono y nitrógeno. Muchas veces es la única solución eficaz para tratar residuos peligrosos de la industria química o farmacéutica.
Breve descripción de un sistema de oxidación térmica para el tratamiento de sólidos:
Los residuos sólidos se depositan sobre la unidad de preparación, donde se trituran y mezclan para después ser transportados al sistema de alimentación. Acto seguido, se introducen dentro de un horno rotativo – también llamado cámara de combustión primaria (CCP)– donde siguen una trayectoria rotativa hasta que los residuos secos o húmedos sean gasificados. En la extremidad de este horno rotativo, un quemador para horno rotativo asegura que siempre se alcance la temperatura ideal de combustión.
Los gases provenientes del horno rotativo se envían al horno estático – también llamado cámara de combustión secundaria (CCS)– donde se mantienen a una temperatura de 1100°C durante dos segundos. De esta forma, todas las materias orgánicas se destruyen en el horno rotativo, en conformidad con la ley europea. Se utiliza una caldera de recuperación (caldera con tubos de agua) para recuperar el calor, lo que produce vapor supersaturado. A continuación, los gases pasan por la neutralización, la filtración y el De-NOx. Tras pasar por el sistema de control de emisiones, los gases purificados son atraídos por un ventilador de tiro y una chimenea antes de ser expulsados a la atmósfera.
Breve descripción de un sistema de oxidación térmica para o tratamiento de líquidos y/o gases:
Los residuos líquidos y/o gaseosos provenientes del proceso de producción del cliente se introducen en el quemador patentado por Vichem, que se llama Pulvaporizador®. Para realizar las reacciones de combustión, se instala el quemador en una cámara de combustión también llamada horno estático. Los gases que vienen del horno se enfrían en una caldera de recuperación de energía térmica. La energía recuperada se usa para producir vapor saturado. Se concibe un sistema de quench para "congelar" todas las reacciones termodinámicas y enfriar la corriente gaseosa. Acto seguido, la corriente gaseosa pasa por una unidad de absorción en la que se recupera el ácido, cuando se tratan residuos halogenados. Los gases se llevan entonces a la unidad de neutralización y liberan a la atmósfera mediante un ventilador de tiro y una chimenea.